Todos los años desde finales de Noviembre hasta Enero, llega puntualmente la epidemia de Bronquiolitis que afecta fundamentalmente a los lactantes más pequeños, provocada en la mayor parte de los casos por el Virus Respiratorio Sincitial, aunque en ocasiones los Adenovirus y Metapneumovirus se suman en la etiología causal de dicho problema.

   El cuadro clínico comienza inicialmente de forma similar a un cuadro catarral, con rinorrea, mucosidad y tos, que se va agravando de forma progresiva, de tal forma que al tercer dia suele producirse un empeoramiento, con dificultad respiratoria, rechazo de las tomas o incapacidad para poder realizar las mismas de forma completa, con sibilancias en la auscultación y aumento de la frecuencia respiratoria, que en los más pequeños conduce en muchas ocasiones al ingreso hospitalario y a utilizar medidas de soporte respiratorio, actualmente alto flujo para vencer la resistencia producida por la obstrucción bronquiolar , para permitir que el oxigeno llegue al alveolo respiratorio  y pueda ser utilizado.

   La mejor prevención es el lavado de manos y evitar contacto directo de hermanos mayores que acuden a la guardería, y presentan dicha infección respiratoria de forma más leve, en niños prematuros o con cardiopatías, se realiza la prevención con un anticuerpo monoclonal, Palivizumab, cuya administración es intramuscular, durante los meses previos y que coinciden con dicha epidemia de bronquiolitis. Las vacunas probadas hasta la fecha actual no han resultado eficaces para la prevención. Y Tratamientos con fármacos como la Ribavirina, quedan únicamente indicados en casos excepcionales.

   Un problema adicional, de gran importancia, es la predisposición que genera el virus respiratorio sincitial, para una vez pasada la enfermedad, provocar una Hiperreactividad bronquial, que supone en más de la mitad de los niños, que cualquier otra infección respiratoria posterior, suponga un cuadro de bronquitis con sibilancias.  Muchos de ellos tendrán bronquitis de repetición y algunos de ellos desarrollarán un asma infantil. Se han establecido distintos tratamientos preventivos en dichos niños, con el objetivo claro de evitar esta evolución posterior.

   Actualmente sigue siendo un problema que no está adecuadamente solucionado, aunque si existen las herramientas terapeúticas para minimizar sus consecuencias.